La promulgación ¿es esencial a la ley?
Objeciones por las que parece que la promulgación
no es esencial a la ley.
1. La ley natural posee en grado máximo el carácter
de ley. Pero la ley natural no necesita promulgación.
Luego la promulgación no pertenece a la esencia de la
ley.
2. Es propio de la ley obligar a hacer algo o
evitarlo. Pero no sólo están obligados a cumplir la
ley aquellos ante quienes se promulga, sino también
los demás. Luego la promulgación no es esencial a la
ley.
3. Además, la obligación de la ley se extiende
también al futuro, pues, según el derecho, las leyes
imponen su obligatoriedad para los asuntos futuros.
Pero la promulgación sólo alcanza a los presentes. Luego
la promulgación no pertenece a la esencia de la ley.
Contra esto: Está lo que se dice en la dist.
4 del Decreto: Las leyes se instituyen cuando
son promulgadas.
Solución: Como ya vimos, la ley se impone a los
demás a modo de regla y medida. Pero regla y medida
se imponen mediante su aplicación a lo que se ha de
regular y medir. Luego, para que la ley tenga el poder
de obligar, como es propio de la ley, es necesario que
se aplique a los hombres que han de ser regulados conforme
a ella. Tal aplicación se lleva a cabo al poner la ley
en conocimiento de sus destinatarios mediante su promulgación.
Luego la promulgación es necesaria para que la ley tenga
fuerza de tal.
Y así, de las cuatro conclusiones establecidas se puede
deducir la definición de la ley, la cual no es sino
una cierta ordenación de la razón al bien común, promulgada
por quien tiene el cuidado de la comunidad.
Respuesta a las objeciones:
1. La promulgación de la ley natural consiste
en el hecho mismo de que Dios la implantó en las mentes
de los hombres para que la pudieran conocer naturalmente.
2. Los que no asisten a la promulgación de una
ley están obligados a observarla en cuanto, una vez
promulgada, la conocen, o pueden conocerla, por medio
de otros.
3. La promulgación actual se extiende al futuro
gracias a la permanencia de la escritura, que, en cierto
modo, la promulga constantemente. Por eso dice San Isidoro
en II Etymol. que el nombre de ley procede
de leer, porque está puesta por escrito. |