¿Contiene un solo precepto la ley antigua?
Objeciones por las que parece que en la ley antigua no
hay más que un precepto.
1. Ley es igual que precepto, según se dijo arriba,
pero la ley antigua es una; luego no contiene sino un
precepto.
2. Dice el Apóstol, en Rom 13: Cualquier otro
mandato se resume en esta sentencia: Amarás al prójimo
como a ti mismo. Pero este mandamiento es uno solo;
luego la ley antigua no contiene más que un precepto.
3. Se dice en Mt 7: Cuanto quisiereis que os hagan
a vosotros los hombres, hacédselo también vosotros a ellos,
porque ésta es la Ley y los Profetas. Pero toda la ley
antigua se contiene en la Ley y en los Profetas; luego la
ley antigua no tiene sino un único precepto.
Contra esto: Está lo que dice el Apóstol en Ef 2:
Anulando la ley de los mandamientos, formulada en decretos.
Y lo dice respecto de la ley antigua, según consta por la
Glosa; luego la ley antigua contiene en sí muchos
preceptos.
Solución: El precepto de la ley, siendo obligatorio,
versa sobre algo que se debe cumplir. Este hecho proviene
de la necesidad de alcanzar un fin. De donde se sigue que
el precepto importa orden a un fin, puesto que lo que se
manda es algo necesario o conveniente para ese fin. Pero
sucede que para alcanzar un fin son muchas las cosas
necesarias o convenientes, y, según esto, puede haber
muchos preceptos, ordenados a un mismo fin. Por eso
podemos decir que todos los preceptos de la ley antigua
son uno solo según el orden a un solo fin; pero son muchos
considerando la diversidad de las cosas que se ordenan a
ese fin.
Respuesta a las objeciones:
1. Se dice que la ley antigua es una en razón del
único fin, y, sin embargo, contiene diversos preceptos,
según la diversidad de las cosas ordenadas al fin. Lo
mismo ocurre en el arte de la construcción, que es uno
según la unidad del fin, pues tiende a la construcción de
la casa; sin embargo, contiene diversas reglas, según los
actos diversos ordenados a ese fin.
2. Dice el Apóstol, en 1 Tim 1, que el fin del
precepto es la caridad, y toda ley tiende a esto, a
establecer la amistad de los hombres unos con otros o con
Dios. Por esto, toda la ley se resume en este solo
mandamiento: Amarás al prójimo como a ti mismo,
como en el fin de todos los preceptos, pues el amor de
Dios se incluye en el amor del prójimo, cuando el prójimo
es amado por amor de Dios. Por esto, el Apóstol pone este
solo precepto en vez de los dos, el amor de Dios y el del
prójimo, de que nos habla el Señor en Mt 22: En estos
dos preceptos se resumen toda la Ley y los Profetas.
3. Se dice
en IX Ethic. que los sentimientos de amistad
hacia el prójimo tienen su origen en los sentimientos del
hombre hacia sí mismo, por cuanto el hombre se conduce
con los otros como consigo mismo. Y así en el dicho:
Todo lo que queréis que os hagan los hombres, hacédselo
también vosotros a ellos, se declara cierta regla de
amor del prójimo, que implícitamente se contiene también
en la sentencia: Amarás al prójimo como a ti mismo;
y así viene a ser una explicación de este precepto. |