¿Contiene la ley antigua preceptos morales?
Objeciones por las que no parece que la vieja ley
contenga preceptos morales.
1. La ley antigua se distingue de la ley natural,
según se declaró arriba. Pero los preceptos morales
pertenecen a la ley natural; luego no pertenecen a la ley
antigua.
2. La ley divina debía prestar socorro al hombre en
aquellos casos en que no bastaba la razón humana, como
ocurre en las cosas de fe, que están fuera del alcance de
la razón. Pero la razón humana parece suficiente para los
preceptos morales. Luego los preceptos morales no son
propios de la ley antigua, que es ley divina.
3. La ley antigua se dice letra que mata, según
se declara en 2 Cor 3. Pero los preceptos morales no matan,
sino que dan vida, según aquello de Sal 118: No me
olvidaré jamás de tus preceptos, pues con ellos me has
dado vida. Luego los preceptos morales no pertenecen a
la ley antigua.
Contra esto: Está lo que se dice en Eclo 17:
Añadióles disciplina, y les dio en herencia una ley de
vida. Ahora bien, la disciplina se refiere a las
costumbres, según dice la Glosa sobre aquello de
Heb 12: Toda disciplina, etc.: La disciplina es
la doctrina de las costumbres alcanzada por medios duros.
Luego la ley dada por Dios contenía preceptos morales.
Solución: La ley antigua contenía preceptos morales,
como está claro en Éxodo 20: No matarás, no hurtarás,
etc. Y con mucha razón, pues, así como la ley humana mira
principalmente a fomentar la amistad entre los hombres,
así también la ley divina mira a establecer principalmente
la amistad del hombre con Dios. Y, siendo la semejanza la
razón del amor, según se dice en el Eclo 13: Todo
animal ama a su semejante, es imposible que haya
amistad del hombre hacia Dios, que es sumamente bueno, si
el hombre no se hace también bueno. Por eso se dice en el
Lev 19: Sed santos, porque santo soy yo. La bondad
del hombre es la virtud, que hace bueno al que la
posee. Por tanto era preciso que la ley antigua diera
preceptos sobre las virtudes, y éstos son los preceptos
morales de la ley.
Respuesta a las objeciones:
1. Se distingue la ley antigua de la ley natural,
no como totalmente ajena a ésta, sino como un añadido a la
misma. Y como la gracia presupone la naturaleza, así era
conveniente que la ley divina presupusiera la ley natural.
2. Convenía que la ley divina proveyese al hombre,
no sólo en aquellas cosas a las que la razón no puede
acceder, sino también en aquellas en que la razón halla
dificultad. La razón humana no podía errar en sus juicios
universales sobre los preceptos morales más comunes de la
ley natural; aunque la costumbre de pecar hace que se
oscurezca su juicio en los casos particulares. Mas sobre
los otros preceptos morales, que son como conclusiones
deducidas de los principios más comunes de la ley natural,
muchos se equivocan considerando lícitas cosas que de suyo
son malas. Fue, pues, conveniente que esta necesidad del
hombre se viera ayudada por la autoridad de la ley divina.
De esta manera, entre las cosas de fe se proponen no sólo
las que la razón no puede alcanzar, como que Dios es
trino, sino las que están a su alcance, como que Dios es
uno, a fin de apartar de la razón humana el error en que
muchos incurren.
3. Según
demuestra San Agustín en su libro De spiritu et littera,
también la letra de la ley en los preceptos morales es
ocasión de muerte, por cuanto, mandando lo que es bueno,
no da el auxilio de la gracia para cumplirlo. |