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Sobre la ley

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STO. TOMÁS DE AQUINO

 

SOBRE LA LEY

 

SUMMA THEOLOGIAE

PRIMERA PARTE DE LA SEGUNDA PARTE (I-II)

(Trad. Luis Inclán)

CUESTIÓN 99

Los preceptos de la ley antigua

ARTÍCULO 6

 

¿Debía la ley antigua inducir a la observancia de sus preceptos mediante promesas y amenazas temporales?

 

 

Objeciones por las que parece que la ley antigua no debía inducir a su observancia mediante promesas y amenazas temporales.

 

1. La intención de la ley divina es hacer que los hombres se sometan a Dios por el temor y el amor, como se dice en Dt 10: Ahora, pues, Israel, ¿qué es lo que te pide el Señor, tu Dios, sino que temas al Señor, tu Dios, que vayas por sus caminos, y le ames? Pero la codicia de los bienes temporales aparta de Dios, pues dice San Agustín en Octoginta trium quaest., que la codicia es el veneno de la caridad. Luego parece ser que las promesas y amenazas temporales son contrarias a la intención del legislador, lo que hace reprobable la ley, como dice el Filósofo en II Polit.

 

2. La ley divina supera en excelencia a la ley humana. Ahora bien, vemos que en las ciencias, cuanto una ciencia es más alta, tanto procede por métodos más altos. Pues, como la ley humana utilizase promesas y amenazas temporales para inducir a los hombres a su observancia, la ley divina no debió emplear estos medios, sino algunos más sublimes.

 

3. No puede ser premio de la justicia ni pena de la culpa lo que igual ocurre a los buenos y a los malos. Pero, según se dice en Eclo 9, todas las cosas suceden ahora igualmente al justo y al impío, al bueno y al malo, al puro y al impuro, al que sacrifica víctimas y al que no ofrece sacrificios. Luego sin razón se ponen los bienes y los males temporales como premios y castigos de los preceptos de la ley divina.

 

Contra esto: Está lo que se dice en Is 1: Si vosotros queréis y me escucháis, comeréis los bienes de la tierra; si no queréis y me incitáis a la ira, seréis devorados por la espada.

 

Solución: Como en las ciencias especulativas son inducidos los hombres al asentimiento por medios silogísticos, así en cualquier tipo de leyes son inducidos a la observancia de los preceptos mediante penas y premios. Ahora bien, vemos que en las ciencias especulativas se proponen los medios a los oyentes según la condición de los mismos. Pues como en las ciencias se debe proceder ordenadamente, de modo que se empiece por las nociones más conocidas. Así, conviene que, quien desea inducir a los hombres a la observancia de los preceptos es preciso que empiece por moverles mediante los objetos que ellos aman, como se hace con los niños, a quienes se estimula a hacer una cosa mediante chucherías. Ya dijimos antes que la ley antigua preparaba para Cristo como lo imperfecto para lo perfecto, y que se daba a un pueblo todavía imperfecto en comparación a la perfección que había de venir por Cristo, y así se compara aquel pueblo al niño que vive bajo su ayo, como aparece en Gál 3. Consiste la perfección del hombre en que, despreciadas las cosas temporales, se adhiera a las espirituales, según lo que dice el Apóstol en Flp 3: Olvidando lo que queda atrás, persigo lo que tengo delante. Y cuantos hemos llegado, esto mismo sintamos. Es de imperfectos desear los bienes temporales en orden a Dios; de perversos, poner en estos bienes temporales su fin. Luego convenía a la ley antigua que, mediante los bienes temporales, que aman los imperfectos, fuesen los hombres conducidos a Dios.

 

Respuesta a las objeciones:

 

1. La codicia, por la que el hombre pone su fin en los bienes temporales, es veneno de la caridad, pero la consecución de los bienes temporales que el hombre desea en orden a Dios, es un medio que lleva a los imperfectos al amor de Dios, según aquello de Sal 48: Te confesará cuando le hicieres bien.

 

2. La ley humana induce a los hombres mediante premios o penas temporales instituidos por los hombres; pero la ley divina, por premios y penas que confiere Dios, y esto es proceder por medios más altos.

 

3. Quien conozca las historias del antiguo testamento, verá que la situación común del pueblo gozó de prosperidad siempre que se sometió a la ley, cuando la observaba; pero que, en cuanto se apartaba de ella, caían sobre él las calamidades. Sin embargo, algunos particulares observantes de la ley sufrían algunas adversidades, bien porque, siendo espirituales, por esta vía se desprendían más del amor a los bienes temporales y se reafirmaba su virtud, bien porque, mientras ejecutaban exteriormente las obras de la ley, tenían todo su corazón pegado a los bienes temporales, conforme aquello de Is 29: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.

 

 
     

SOBRE LA LEY

SOBRE LA LEY EN GENERAL

I-II, q. 90, La esencia de la ley

I-II, q. 91, Las distintas clases de leyes

I-II, q. 92, Los efectos de la ley

SULLE PARTI DELLA LEGGE

Ley eterna

I-II, q. 93, La ley eterna

Ley natural

I-II, q. 94, La ley natural

Ley humana

I-II, q. 95, La ley humana

I-II, q. 96, El poder de la ley humana

I-II, q. 97, Sobre la mutabilidad de las leyes

La antigua ley

I-II, q. 98, La antigua ley

I-II, q. 99, Los preceptos de la ley antigua

I-II, q. 100, Los preceptos morales de la ley antigua

I-II, q. 101, Los preceptos ceremoniales en sí mismos

I-II, q. 102, Razón de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 103, Duración de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 104, Los preceptos judiciales

I-II, q. 105, Naturaleza de los preceptos judiciales

La nueva ley

I-II, q. 106, Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

I-II, q. 107, Comparación entre la ley antigua y la nueva

I-II, q. 108, El contenido de la ley nueva