¿Se refieren a todos los actos de virtud los preceptos
morales de la ley?
Objeciones por las que parece que los preceptos
morales de la ley no versan sobre todos los actos de
virtud.
1. La observancia de los preceptos de la ley antigua
se llama justificación, según aquello de Sal 118:
Guardaré tus justificaciones. Pero la justificación es
la práctica de la justicia; luego los preceptos morales no
se refieren más que a los actos de la justicia.
2. Lo que cae bajo un precepto tiene razón de deber.
Pero esta razón de deber no corresponde a todas las
virtudes, sino sólo a la justicia, cuyo acto propio es dar
a cada uno lo que le es debido; luego los preceptos
morales de la ley no versan sobre los actos de las otras
virtudes, sino únicamente sobre los actos de la justicia.
3. Toda ley se promulga por el bien común, como dice
San Isidoro. Pero, de todas las virtudes, la justicia es
la única que mira el bien común, según dice el Filósofo en
V Ethic. Luego los preceptos morales se refieren
solamente a los actos de justicia.
Contra esto: Está lo que dice San Ambrosio que el
pecado es trasgresión de la ley divina, y desobediencia a
los celestes preceptos. Pero los pecados se oponen a
todos los actos de las virtudes; luego la ley divina debe
ordenar los actos de todas las virtudes.
Solución: Dado que los preceptos de la ley se ordenan
al bien común, como ya se ha dicho; es preciso que los
preceptos de la ley se diferencien según los diversos
tipos de comunidad. Y así dice el Filósofo en su
Política que unas son las leyes que conviene
establecer en una ciudad regida por un rey, otras las que
convienen a la gobernada por el pueblo o por algunos
poderosos de la ciudad. Ahora bien, el modo de comunidad
al que se ordena la ley humana es distinto de aquel al que
se ordena la ley divina. La ley humana se ordena a regir
la comunidad civil, que es la de los hombres entre sí.
Pero los hombres se relacionan unos con otros mediante los
actos exteriores con que se comunican unos con otros, y
esta comunicación pertenece a la justicia, que propiamente
es propiamente la que dirige la sociedad humana. Por esto,
la ley humana no impone preceptos sino de actos de
justicia; y si alguna cosa manda de las otras virtudes, no
es sino considerándola bajo la razón de justicia, como
dice el Filósofo en V Ethic.
Pero la comunidad a la que se ordena la ley divina es la
de los hombres en orden a Dios, sea en la vida presente,
sea en la futura; y así la ley divina impone preceptos de
todos aquellos actos por los cuales los hombres se ponen
en comunicación con Dios. El hombre se une a Dios por la
mente, que es imagen de Dios, y así la ley divina impone
preceptos de todas aquellas cosas por las que la razón
humana se dispone debidamente, y esto se realiza por los
actos de todas las virtudes, pues las virtudes
intelectuales ordenan debidamente los actos de la razón en
sí mismos; las morales los ordenan en lo tocante a las
pasiones interiores y a las obras exteriores. Por tanto se
ve claro que la ley divina impone preceptos sobre los
actos de todas las virtudes, pero de suerte que aquellos
sin los que no puede observarse el orden de la virtud, que
es el de la razón, caen bajo la obligación del precepto;
sin embargo otros, que pertenecen a la perfección de la
virtud, caen bajo la amonestación del consejo.
Respuesta a las objeciones:
1. El cumplimiento de los preceptos de la ley,
incluso los que tratan de actos de otras virtudes, tiene
también razón de justificación, en cuanto es justo que el
hombre obedezca a Dios. O bien en cuanto es justo que todo
cuanto es propio del hombre se someta a la razón.
2. La justicia mira propiamente a los deberes de un
hombre para con otro; pero en todas las demás virtudes se
atiende a la subordinación de las fuerzas inferiores a la
razón. Y conforme a este concepto de deber habla el
Filósofo en V Ethic. de cierta justicia metafórica.
3. La respuesta es clara por lo dicho sobre la
diversidad de sociedades. |