Home About International University Project Conferences Courses Lectures Projects Publications Readings Contribute Contact      

home \ projects \ step \ sobre la ley \ cuestión 100 \ artículo 12

STEP home

Sobre la ley

Conferences

Essays

Scholars

Related links

 

 


 
 
STEP - St. Thomas Education Project
 
     
 
<<<   ARTÍCULO   >>>
 
 

STO. TOMÁS DE AQUINO

 

SOBRE LA LEY

 

SUMMA THEOLOGIAE

PRIMERA PARTE DE LA SEGUNDA PARTE (I-II)

(Trad. Luis Inclán)

CUESTIÓN 100

Los preceptos morales de la ley antigua

ARTÍCULO 12

 

¿Justificaban los preceptos morales de la ley antigua?

 

 

Objeciones por las que parece que los preceptos morales de la ley antigua justificaban.

 

1. Dice el Apóstol en Rom 2: No son justos ante Dios los que oyen la ley; sino que serán justificados los que la cumplen. Ahora bien, los cumplidores de la ley son los que cumplen sus preceptos; luego los preceptos de la ley cumplidos justificaban.

 

2. Se dice en el Lev 18: Guardad mis leyes y mis mandamientos: el que los cumpliere vivirá por ellos. Pero la vida espiritual del hombre proviene de la justicia; luego el cumplimiento de los preceptos de la ley justificaba.

 

3. La ley divina es más eficaz que la humana; pero la ley humana justifica, pues se da cierta justicia en el cumplimiento de sus preceptos; luego los preceptos de la ley justificaban.

 

Contra esto: Está lo que dice el Apóstol en 2 Cor 3: La letra mata; lo que, según San Agustín en De spiritu et littera, se entiende de los preceptos morales; luego estos preceptos no justificaban.

 

Solución: Como se llama «sano» ante todo y con propiedad a lo que goza de salud, y después a lo que es signo de la salud o la conserva, así se llama «justificación» primero y con propiedad el cumplimiento de la justicia, pero luego, aunque impropiamente, se aplica a lo que es signo de la justicia o dispone para ella. De estos dos modos es claro que justificaban los preceptos de la ley, los cuales, por una parte, preparaban a los hombres para recibir la gracia de Cristo, que justifica, y por otra, la significaban, porque, como dice San Agustín en Contra Faustum, incluso la vida de aquel pueblo era profética y figurativa de Cristo.

Pero, si hablamos de la justificación propiamente dicha, la justicia puede considerarse que se entiende como hábito o como acto, y, según esto, la justificación se toma en dos sentidos: como propiedad del hombre que se hace justo adquiriendo el hábito de la justicia o del que practica obras de justicia. En este último sentido, justificación no es otra cosa que el ejercicio de la justicia. Además, la justicia, igual que las otras virtudes, puede ser adquirida e infusa, como queda dicho. La adquirida es causada por las obras; la infusa es causada por Dios mismo mediante su gracia. Esta es la verdadera justicia, de la que ahora hablamos, por la cual es uno justo ante Dios, según aquello de Rom 4: Si Abrahán fue justificado por las obras de la ley, tiene de qué gloriarse, pero no ante Dios. Ahora bien, esta justicia no puede ser producida por la práctica de los preceptos morales de la ley, que versan sobre actos humanos. Por consiguiente, ni los preceptos morales podían justificar, causando la justicia.

Pero, si la justificación se toma por la práctica de la justicia, en ese sentido todos los preceptos de la ley justificaban, aunque de diverso modo. Pues los preceptos ceremoniales contenían la justicia en general, por cuanto miraban al culto de Dios; pero en especial no contenían la justicia, sino sólo mediante la determinación de la ley divina. Por esto se dice de estos preceptos que no justificaban sino por la devoción y obediencia de quienes los practicaban. Los preceptos morales y judiciales contenían lo que de suyo es justo, o en general o aun en especial; pero los morales contenían lo que de suyo es justo según la justicia general, que abarca toda virtud, como se dice en V Ethic. Los preceptos judiciales pertenecen a la justicia especial, que trata de los contratos de los hombres entre sí.

 

Respuesta a las objeciones:

 

1. El Apóstol tomó ahí justificación por cumplimiento de la justicia.

 

2. El hombre que cumple los preceptos de la ley, puede decirse que vive en ellos, pues no incurría en la pena de muerte que la ley infligía a los transgresores. En este sentido trae la cita el Apóstol en Gal 3.

 

3. Los preceptos de la ley humana causan la justicia adquirida, de la cual no tratamos ahora, sino sólo de la justicia que nos hace justos ante Dios.

 

 
     

SOBRE LA LEY

SOBRE LA LEY EN GENERAL

I-II, q. 90, La esencia de la ley

I-II, q. 91, Las distintas clases de leyes

I-II, q. 92, Los efectos de la ley

SULLE PARTI DELLA LEGGE

Ley eterna

I-II, q. 93, La ley eterna

Ley natural

I-II, q. 94, La ley natural

Ley humana

I-II, q. 95, La ley humana

I-II, q. 96, El poder de la ley humana

I-II, q. 97, Sobre la mutabilidad de las leyes

La antigua ley

I-II, q. 98, La antigua ley

I-II, q. 99, Los preceptos de la ley antigua

I-II, q. 100, Los preceptos morales de la ley antigua

I-II, q. 101, Los preceptos ceremoniales en sí mismos

I-II, q. 102, Razón de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 103, Duración de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 104, Los preceptos judiciales

I-II, q. 105, Naturaleza de los preceptos judiciales

La nueva ley

I-II, q. 106, Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

I-II, q. 107, Comparación entre la ley antigua y la nueva

I-II, q. 108, El contenido de la ley nueva