Las cosas necesarias y eternas, ¿están sujetas a la ley
eterna?
Objeciones por las que parece que las cosas necesarias
y eternas están sujetas a la ley eterna.
1. Todo lo que es razonable está sujeto a la razón.
Pero la voluntad divina es razonable, puesto que es justa.
Luego está sujeta a la razón. Ahora bien, la ley eterna se
identifica con la razón divina. Luego la voluntad de Dios
está sujeta a la ley eterna. Y, como la voluntad de Dios
es algo eterno, se concluye que también las cosas eternas
y necesarias están sometidas a la ley eterna.
2. Lo que está sometido al rey está sujeto a sus leyes.
Mas el Hijo, según se dice en 1 Cor XV, se
someterá a Dios Padre cuando le entregue el reino.
Luego el Hijo, que es eterno, está sujeto a la ley eterna.
3. La ley eterna es la razón de la divina providencia.
Pero hay muchas cosas necesarias sometidas a la divina
providencia, como la permanencia en el ser de las
sustancias inmateriales y de los cuerpos celestes. Luego
también las cosas necesarias están sujetas a la ley
eterna.
Contra esto: Está el hecho de que las cosas necesarias
es imposible que se comporten de otra manera y, por lo
tanto, no necesitan ser reprimidas. Mas la ley, según ya
vimos, se les impone a los hombres para reprimir en ellos
el mal. Luego las cosas necesarias no están sujetas a la
ley.
Solución: La ley eterna, como dijimos antes, es la
razón del gobierno divino. Por lo tanto, todo lo que está
sujeto al gobierno de Dios está también sometido a la ley
eterna; mas lo que no está sometido al gobierno eterno
tampoco lo está a la ley eterna. Esta distinción puede
esclarecerse con lo que sucede a nuestro alrededor. Pues
bajo el gobierno humano caen aquellas cosas que los
hombres pueden hacer; pero no las que pertenecen a la
naturaleza del hombre, como, por ejemplo, el que tenga
alma, manos o pies. Así pues, está sujeto a la ley eterna
todo lo que hay en las cosas creadas por Dios, ya sean
contingentes ya necesarias; pero lo que pertenece a la
naturaleza o esencia divina no está sometido a la ley
eterna, sino que es realmente la misma ley eterna.
Respuesta a las objeciones:
1. De la voluntad divina podemos hablar en dos
sentidos. Primero, en cuanto a la voluntad misma; y así,
como se identifica con su divina esencia, no está sujeta
al gobierno de Dios ni a la ley eterna, sino que es
idéntica a esta ley. En segundo lugar, podemos hablar de
la voluntad divina en cuanto a lo que Dios quiere para las
criaturas; y tal voluntad divina está ciertamente sometida
a la ley eterna, puesto que su razón está en la divina
sabiduría. Así, en este segundo sentido la voluntad divina
se llama razonable; mientras que en el sentido primero,
como voluntad en sí, más bien debe decirse que se
identifica con la razón misma.
2. El Hijo de Dios no ha sido creado por Dios, sino
naturalmente engendrado por Ël. Por eso no está sometido a
la providencia divina ni a la ley eterna, sino que Él
mismo es la ley eterna por cierta apropiación, como queda
claro en San Agustín en la obra De vera Relig. Sin
embargo, se dice que está sometido al Padre por razón de
la naturaleza humana, según la cual también se dice que el
Padre es mayor que él.
3. Aceptamos el tercer argumento, porque se refiere a
cosas necesarias creadas.
4. Según advierte el Filósofo en V Metaphys.,
hay cosas necesarias que tienen fuera de sí la causa de su
necesidad, por lo que incluso reciben de otro el no poder
ser de otra manera. Y esto mismo es una represión
eficacísima, porque se dice que alguien es reprimido en
cuanto no puede comportarse más que de acuerdo con lo
establecido. |