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Sobre la ley

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STO. TOMÁS DE AQUINO

 

SOBRE LA LEY

 

SUMMA THEOLOGIAE

PRIMERA PARTE DE LA SEGUNDA PARTE (I-II)

(Trad. Luis Inclán)

CUESTIÓN 93

La ley eterna

ARTÍCULO 5

 

Los seres físicos contingentes, ¿están sujetos a la ley eterna?

 

 

Objeciones por las que parece que los seres físicos contingentes no están sujetos a la ley eterna.

 

1. La promulgación es esencial a la ley, como ya dijimos. Mas la promulgación sólo puede hacerse a criaturas racionales capaces de captar un enunciado. Luego sólo las criaturas racionales están sujetas a la ley eterna. No, en cambio, las cosas naturales contingentes.

 

2. Según se dice en I Ethic. : Lo que obedece a la razón participa en cierto modo de la razón. Pero la ley eterna, según dijimos antes, es la suprema razón. Luego, como las cosas naturales contingentes no participan en nada de la razón, sino que son completamente irrazonables, parece que no están sujetas a la ley eterna.

 

3. La ley eterna es sumamente eficaz. Mas en los entes naturales contingentes ocurren fallos. Luego no están sometidos a la ley eterna.

 

Contra esto: Está lo que se dice en Prov 8: Cuando fijaba sus límites al mar e imponía a las aguas una ley para que no traspasasen sus fronters.

 

Solución: Se ha de hablar de manera diferente de la ley humana y de la ley eterna, que es la ley de Dios. En efecto, la ley humana no se extiende más que a las criaturas racionales sometidas al hombre. Esto se debe a que la ley se propone dirigir los actos de quienes están sujetos al gobierno de alguien, por lo que nadie, hablando con propiedad, impone una ley a sus propios actos. En cambio, todo cuanto se haga en el uso de las cosas irracionales subordinadas al hombre se reduce a los actos con que el hombre mismo las mueve, ya que estas criaturas irracionales no obran por sí mismas, sino que son movidas por otro, como anteriormente se expuso. Por eso el hombre no puede imponer leyes a los seres irracionales, por más que le estén sujetos. Puede, en cambio, poner leyes a los seres racionales que le están sometidos, imprimiendo en sus mentes, con un mandato o indicación cualquiera, una regla o principio de actuación.

Ahora bien, así como el hombre, con una indicación, implanta en un súbdito un principio interior de acción, así Dios imprime en todas las cosas naturales los principios de los propios actos. Y de este modo se dice que Dios manda sobre toda la naturaleza; según aquello del salmo 148: Estableció un precepto que no pasará. Y por eso mismo todos los movimientos y acciones de toda la naturaleza están sujetos a la ley eterna. Y, en consecuencia, las criaturas irracionales caen bajo la ley eterna de otro modo, en cuanto son movidas por la divina providencia, y no por la comprensión del precepto divino como las criaturas racionales.

 

Respuesta a las objeciones:

 

1. Como es la inserción de un principio activo intrínseco en los seres físicos, así es la promulgación de la ley con respecto para los hombres, porque por la promulgación de la ley, como dijimos antes, se imprime en los hombres un principio director de sus propios actos.

 

2. Las criaturas irracionales no participan de la razón humana ni la obedecen; participan, en cambio, al obedecerla, de la razón divina; pues la virtud de la razón divina se extiende a muchas más cosas que la virtud de la razón humana. Y así como los miembros del cuerpo humano se mueven a las órdenes de la razón, sin participar por eso de ella, puesto que no tienen percepción alguna ordenada a la razón, así también las criaturas irracionales son movidas por Dios sin que por esto sean racionales.

 

3. Los fallos que acontecen en las cosas naturales, aunque ocurren contra el orden de las causas particulares, no escapan, sin embargo, al orden de las causas universales, principalmente de la primera, que es Dios, de cuya providencia nada puede evadirse, según se expuso en la Parte Primera. Y, como la ley eterna, según dijimos, es la razón de la divina providencia, los fallos de las cosas naturales están sujetos a la ley eterna.

 

 
     

SOBRE LA LEY

SOBRE LA LEY EN GENERAL

I-II, q. 90, La esencia de la ley

I-II, q. 91, Las distintas clases de leyes

I-II, q. 92, Los efectos de la ley

SULLE PARTI DELLA LEGGE

Ley eterna

I-II, q. 93, La ley eterna

Ley natural

I-II, q. 94, La ley natural

Ley humana

I-II, q. 95, La ley humana

I-II, q. 96, El poder de la ley humana

I-II, q. 97, Sobre la mutabilidad de las leyes

La antigua ley

I-II, q. 98, La antigua ley

I-II, q. 99, Los preceptos de la ley antigua

I-II, q. 100, Los preceptos morales de la ley antigua

I-II, q. 101, Los preceptos ceremoniales en sí mismos

I-II, q. 102, Razón de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 103, Duración de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 104, Los preceptos judiciales

I-II, q. 105, Naturaleza de los preceptos judiciales

La nueva ley

I-II, q. 106, Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

I-II, q. 107, Comparación entre la ley antigua y la nueva

I-II, q. 108, El contenido de la ley nueva