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Sobre la ley

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STO. TOMÁS DE AQUINO

 

SOBRE LA LEY

 

SUMMA THEOLOGIAE

PRIMERA PARTE DE LA SEGUNDA PARTE (I-II)

(Trad. Luis Inclán)

CUESTIÓN 94

La ley natural

ARTÍCULO 3

 

Los actos de las virtudes, ¿son todos de ley natural?

 

 

Objeciones por las que parece que no todos los actos de las virtudes son de ley natural.

 

1. Como ya vimos, es esencial a la ley ordenarse al bien común. Pero los actos de algunas virtudes, como se ve principalmente en los de la templanza, se ordenan al bien particular del individuo. Luego no todos los actos de las virtudes caen bajo la ley natural.

 

2. Todos los pecados se oponen a algún acto de virtud. Luego si todos los actos de virtud son de ley natural, parece concluirse que todos los pecados son contra la naturaleza. Pero esto se atribuye especialmente a algunos pecados nada más.

 

3. En lo que es de naturaleza convienen todos los hombres. Mas en los actos de las virtudes no todos convienen, porque lo que en uno es virtuoso puede ser en otro pecaminoso. Luego no todos los actos de virtud caen bajo la ley natural.

 

Contra esto: Afirma San Juan Damasceno en el libro III que las virtudes son naturales. Luego los actos de las virtudes están sujetos a la ley natural.

 

Solución: Los actos de las virtudes pueden ser considerados bajo un doble aspecto: como actos virtuosos y como actos de una determinada especie. Pues bien, si los consideramos en cuanto virtuosos, todos corresponden a la ley natural. Ya dijimos, en efecto, que pertenece a la ley natural todo aquello a lo que el hombre se siente inclinado por naturaleza. Mas todos los seres se sienten naturalmente inclinados a realizar las operaciones que les corresponden en consonancia con su forma, como el fuego se inclina a calentar. Y como la forma propia del hombre es el alma racional, la inclinación natural conduce al hombre a obrar de acuerdo con la razón. Y esto es obrar virtuosamente. Por consiguiente, así considerados, todos los actos de las virtudes pertenecen a la ley natural, puesto que a cada uno la propia razón le impulsa por naturaleza a obrar virtuosamente. Si, en cambio, consideramos los actos virtuosos en sí mismos o según su especie, no todos ellos son de ley natural. Pues hay muchas acciones virtuosas a las que la naturaleza no conduce de manera, sino que son el resultado del proceso racional por el que los hombres buscan lo más útil para vivir bien.

 

Respuesta a las objeciones:

 

1. La templanza versa sobre las concupiscencias naturales relativas a la comida, la bebida y el sexo; y éstas se ordenan al bien común de la naturaleza, como las demás cuestiones legales se ordenan al bien común moral.

 

2. Por naturaleza humana podemos entender, o bien aquella que es específica del hombre, y en este sentido todos los pecados, al ser contrarios a la razón, lo son también contra la naturaleza, según expone San Juan Damasceno en el libro 2; o bien aquella que es común al hombre y a los demás animales. Y en este sentido hay algunos pecados especiales que decimos que son contrarios a la naturaleza. Tal sucede, por ejemplo, con la sodomía, que, por ser contraria a la unión entre macho y hembra que es natural en todos los animales, recibe especialmente el nombre de vicio contra la naturaleza.

 

3. Este argumento hace hincapié en los actos considerados en sí mismos. Y en este sentido sucede que, debido a las variadas condiciones de los hombres, algunos actos son virtuosos en unos individuos, por proporcionados y convenientes para ellos, mientras que en otros son desproporcionados y, por tanto, pecaminosos.

 

 
     

SOBRE LA LEY

SOBRE LA LEY EN GENERAL

I-II, q. 90, La esencia de la ley

I-II, q. 91, Las distintas clases de leyes

I-II, q. 92, Los efectos de la ley

SULLE PARTI DELLA LEGGE

Ley eterna

I-II, q. 93, La ley eterna

Ley natural

I-II, q. 94, La ley natural

Ley humana

I-II, q. 95, La ley humana

I-II, q. 96, El poder de la ley humana

I-II, q. 97, Sobre la mutabilidad de las leyes

La antigua ley

I-II, q. 98, La antigua ley

I-II, q. 99, Los preceptos de la ley antigua

I-II, q. 100, Los preceptos morales de la ley antigua

I-II, q. 101, Los preceptos ceremoniales en sí mismos

I-II, q. 102, Razón de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 103, Duración de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 104, Los preceptos judiciales

I-II, q. 105, Naturaleza de los preceptos judiciales

La nueva ley

I-II, q. 106, Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

I-II, q. 107, Comparación entre la ley antigua y la nueva

I-II, q. 108, El contenido de la ley nueva