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Sobre la ley

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STO. TOMÁS DE AQUINO

 

SOBRE LA LEY

 

SUMMA THEOLOGIAE

PRIMERA PARTE DE LA SEGUNDA PARTE (I-II)

(Trad. Luis Inclán)

CUESTIÓN 96

El poder de la ley humana

ARTÍCULO 2

 

¿Incumbe a la ley humana reprimir todos los vicios?

 

 

Objeciones por las que parece que incumbe a la ley humana reprimir todos los vicios.

 

1. Según dice San Isidoro, en Etymol., las leyes se hicieron para que la audacia se viese reprimida por el temor a ellas. Pero esto no se lograría suficientemente si por la ley no fueran refrenados todos los males. Luego la ley humana debe refrenar todos los males.

 

2. La intención del legislador es hacer virtuosos a los ciudadanos. Pero nadie puede ser virtuoso si no se aparta de todos los vicios. Luego incumbe a la ley humana reprimir todos los vicios.

 

3. La ley humana se deriva de la ley natural, como ya dijimos. Pero todos los vicios son contrarios a la ley natural. Luego la ley humana debe reprimir todos los vicios.

 

Contra esto: Está lo que se dice en I De lib. arb. : Me parece correcto que esta ley escrita para regir el pueblo permita cosas que la divina providencia castiga. Mas la divina providencia no castiga sino los vicios. Luego es legítimo que la ley humana permita o no reprima algunos vicios.

 

Solución: La ley, según ya expusimos, es instituida como regla y medida de los actos humanos. Mas la medida debe ser homogénea con lo medido por ella, como se señala en X Metaphys., pues diversas cosas tienen diversa medida. Por lo tanto, también las leyes deben imponerse a los hombres según su condición, ya que, como dice San Isidoro, la ley ha de ser posible según la naturaleza y según las costumbres del país. Ahora bien, la capacidad de obrar deriva del hábito o disposición interior, pues una cosa no es igualmente factible para quien no tiene el hábito de la virtud y para el virtuoso, como tampoco es igual para el niño que para el hombre maduro. Por eso no se impone la misma ley a los niños y a los adultos, sino que a los niños se les permiten cosas que en los adultos son castigadas por la ley, o reprobadas. De aquí que también deban permitirse a los hombres imperfectos en la virtud muchas cosas que no se podrían tolerar en los hombres virtuosos.

Ahora bien, la ley humana está hecha para la multitud, en la que la mayor parte son hombres imperfectos en la virtud. Y por eso la ley humana no prohíbe todos aquellos vicios de los que se abstienen los virtuosos, sino sólo los más graves, aquellos de los que puede abstenerse la mayoría y que, sobre todo, hacen daño a los demás, sin cuya prohibición la sociedad humana no podría subsistir, tales como el homicidio, el robo y cosas semejantes.

 

Respuesta a las objeciones:

 

1. La audacia parece implicar la injerencia en lo ajeno. Por eso se encuentra principalmente en aquellos pecados en los que se causa un daño al prójimo. Y éstos son prohibidos por la ley humana, como ya dijimos.

 

2. La ley humana trata de conducir a los hombres a la virtud, pero no de golpe, sino gradualmente. Por eso no impone de pronto a la masa de imperfectos aquellas cosas que son propias de los ya virtuosos, obligándoles a abstenerse de todo lo malo. De otro modo los imperfectos, al no poder soportar este tipo de preceptos, caerían en males mayores. Y así se dice en Prov 30: Quien se suena demasiado, sacará sangre. Y en Mt 9 se afirma que si el vino nuevo, es decir, los preceptos de la vida perfecta, se echa en odres viejos, o sea, en los hombres imperfectos, se rompen los odres y se derrama el vino; esto es, los preceptos son transgredidos y los hombres caen en males mayores.

 

3. La ley natural es una cierta participación de la ley eterna en nosotros; pero la ley humana queda muy por debajo de la eterna. Por eso dice San Agustín en I De lib. arb.: Esta ley que se da para gobernar los Estados concede y deja impunes muchas cosas que son castigadas por la divina providencia. Pero por el hecho de que no lo haga todo no se la debe desaprobar en lo que hace. De aquí que tampoco puede la ley humana prohibir todo lo que prohíbe la ley natural.

 

 
     

SOBRE LA LEY

SOBRE LA LEY EN GENERAL

I-II, q. 90, La esencia de la ley

I-II, q. 91, Las distintas clases de leyes

I-II, q. 92, Los efectos de la ley

SULLE PARTI DELLA LEGGE

Ley eterna

I-II, q. 93, La ley eterna

Ley natural

I-II, q. 94, La ley natural

Ley humana

I-II, q. 95, La ley humana

I-II, q. 96, El poder de la ley humana

I-II, q. 97, Sobre la mutabilidad de las leyes

La antigua ley

I-II, q. 98, La antigua ley

I-II, q. 99, Los preceptos de la ley antigua

I-II, q. 100, Los preceptos morales de la ley antigua

I-II, q. 101, Los preceptos ceremoniales en sí mismos

I-II, q. 102, Razón de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 103, Duración de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 104, Los preceptos judiciales

I-II, q. 105, Naturaleza de los preceptos judiciales

La nueva ley

I-II, q. 106, Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

I-II, q. 107, Comparación entre la ley antigua y la nueva

I-II, q. 108, El contenido de la ley nueva