¿Prescribe la ley humana los actos de todas las virtudes?
Objeciones por las que parece que la ley humana no
prescribe los actos de todas las virtudes.
1. Los actos virtuosos son contrarios a los
viciosos. Mas la ley humana, según dijimos, no prohíbe
todos los vicios. Luego tampoco prescribe los actos de
todas las virtudes.
2. Los actos virtuosos proceden de la virtud. Pero,
siendo la virtud el fin de la ley, ni la virtud ni lo que
de ella procede puede caer bajo los preceptos de la ley.
Luego la ley no preceptúa los actos de todas las virtudes.
3. La ley se ordena al bien común, según queda
expuesto. Pero algunos actos virtuosos no se ordenan al
bien común, sino al bien privado. Luego la ley no
prescribe los actos de todas las virtudes.
Contra esto: Está lo que dice el Filósofo en V
Ethic.: La ley prescribe que se hagan obras de
fortaleza, de templanza y de mansedumbre, y actúa de forma
semejante en cuestión de virtudes y vicios, preceptuando
aquéllas y prohibiendo éstos.
Solución: Ya vimos que las virtudes se distinguen
específicamente según sus objetos. Ahora bien, cualquier
objeto de una virtud puede ordenarse tanto al bien privado
de una persona cuanto al bien común de la sociedad. Un
acto de fortaleza, por ejemplo, puede hacerse, ya sea para
defender la patria, ya sea para salvar el derecho de un
amigo; y, de forma semejante, en otros casos. Mas la ley
se ordena al bien común, según ya expusimos. No hay, por
lo tanto, virtud alguna cuyos actos no puedan ser
prescritos por la ley. Salvo que la ley humana no se ocupa
de todos los actos de todas las virtudes, sino sólo de
aquellos que se refieren al bien común, ya sea de manera
inmediata, como cuando se presta directamente algún
servicio a la comunidad, ya sea de manera mediata, como
cuando el legislador adopta medidas para dar a los
ciudadanos una buena educación que les ayude a conservar
el bien común de la justicia y de la paz.
Respuesta a las objeciones:
1. La ley humana no prohíbe preceptivamente los
actos viciosos, como tampoco prescribe todos los actos
virtuosos. Pero, así como prohíbe algunos actos de cada
uno de los vicios, también preceptúa algunos actos de cada
una de las virtudes.
2. Un acto puede atribuirse a la virtud de dos maneras:
o porque el hombre realiza algo virtuoso; y así se
considera acto de justicia hacer cosas rectas, y acto de
fortaleza hacer obras valerosas; o porque alguien realiza
actos de virtud según el modo propio del hombre virtuoso.
En el primer sentido, la ley impone algunos actos de
virtud. En el segundo sentido, el acto virtuoso procede
siempre de la virtud, y no cae bajo el precepto de la ley,
sino que es precisamente el fin al que lel legislador
conduce.
3. No hay
virtud cuyos actos no puedan ser ordenados al bien común
de manera mediata o inmediata, como acabamos de decir. |