¿Obliga a todos los hombres la observancia de la antigua
ley?
Objeciones por las que parece que la observancia de la
ley antigua obliga a todos los hombres.
1. Todo el que es súbdito de un rey conviene que
esté sometido a las leyes de éste; pero la ley antigua fue
dada por Dios, Rey de toda la tierra, como se dice
en Sal 46; luego todos los habitantes de la tierra están
obligados a la observancia de la ley.
2. Además, los judíos no podían salvarse sin la
observancia de la ley, pues se dice en Dt 27: Maldito
quien no mantenga la palabra de esta ley, cumpliéndola.
Si, pues, los otros hombres se podían salvar sin la
observancia de la ley antigua, la situación de los judíos
era peor que la de los demás hombres.
3. Los gentiles eran admitidos en los ritos
judaicos y en la observancia de la ley, pues se dice en Ex
12: Si alguno de los extranjeros quisiera habitar con
vosotros y hacer ¡a Pascua del Señor, todo varón de su
casa deberá circuncidarse antes, y entonces podrá celebrar
el rito, como si fuera indígena. En vano, pues, serían
admitidos los extraños a las observancias legales por
disposición divina si pudieran salvarse sin esas
observancias. Luego ninguno podía salvarse a no ser por la
ley.
Contra esto: Está lo que dice Dionisio en De
cael, hier. c.9, que muchos gentiles fueron conducidos
a Dios por los ángeles. Mas consta que los gentiles no
observaban la ley; luego sin la observancia de la ley
podían salvarse.
Solución: La ley antigua contenía preceptos de ley
natural, a los cuales añadía otros preceptos propios. En
cuanto a los preceptos de ley natural contenidos en la
antigua ley, todos los hombres estaban obligados a su
observancia, no en virtud de la ley antigua, sino porque
eran de ley natural. En cuanto a los otros preceptos
añadidos por la ley antigua, no obligaban sino únicamente
al pueblo judío.
La razón es que, según se ha dicho, la ley antigua fue
dada al pueblo judío a fin de que con ella obtuviera
ciertos privilegios de santidad en atención a Cristo, que
debía nacer de él. Ahora bien, las leyes establecidas en
orden a la especial santificación de algunos, sólo obligan
a éstos, como los clérigos, consagrados al divino
ministerio, están obligados a ciertas normas que no
obligan a los laicos; y, asimismo, los religiosos, en
virtud de su profesión, se obligan a ciertas obras de
perfección a que los seglares no están obligados. De modo
semejante, aquel pueblo estaba obligado a ciertas normas
especiales a las que los demás pueblos no estaban
obligados. Por esto se dice en Deut 18: Serás perfecto
y puro ante el Señor, tu Dios. Y así usaban de cierta
forma de profesión, como se ve en Deut 26: Yo reconozco
hoy ante el Señor tu Dios, etcétera.
Respuesta a las objeciones:
1. Los súbditos de un rey están obligados a la
observancia de la ley que se da para todos; pero, si da
algunos estatutos a sus familiares y ministros, ésos no
obligan a los demás.
2. Cuanto más se une el hombre a Dios, de mejor
condición se hace, y por eso el pueblo judío, cuanto más
consagrado al culto divino, tanto era más digno que los
otros pueblos; por lo cual se dice en Deut 4: Y ¿qué
otra gran nación hay que tenga las ceremonias y mandatos
justos, que tiene toda esta ley? De la misma manera,
bajo este aspecto, los clérigos son de mejor condición que
los laicos, y los religiosos que los seglares.
3. Los gentiles conseguían la salvación con más
perfección y seguridad mediante la observancia de la ley
que con la sola ley natural. Por esto eran admitidos a
esas observancias, como ahora los laicos abrazan el estado
clerical, y los seglares la religión, aunque sin esto se
pueden salvar. |