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Sobre la ley

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STO. TOMÁS DE AQUINO

 

SOBRE LA LEY

 

SUMMA THEOLOGIAE

PRIMERA PARTE DE LA SEGUNDA PARTE (I-II)

(Trad. Luis Inclán)

CUESTIÓN 101

Los preceptos ceremoniales en sí mismos

ARTÍCULO 3

 

¿Debían ser numerosos los preceptos ceremoniales?

 

 

Objeciones por las que parece que los preceptos ceremoniales no deberían ser numerosos.

 

1. Lo que se ordena a un fin debe ser proporcionadas a ese fin. Ahora bien, los preceptos ceremoniales se ordenan al culto de Dios y a la representación de Cristo, según se ha dicho. Pero Dios es uno, de quien proceden todas las cosas, y uno es también Jesucristo, por quien todas existen, como se dice en 1 Cor 8; luego no debieran multiplicarse los preceptos ceremoniales.

 

2. La multiplicación de estos preceptos es ocasión de transgresiones, según lo que dice San Pedro en Act 15: ¿Por qué tentáis a Dios, queriendo imponer sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres fuimos capaces de llevar? Pero la trasgresión de los divinos preceptos es contraria a la salvación humana. Y como toda ley debe contribuir a la salvación de los hombres, como dice San Isidoro, parece que no debieran promulgarse muchos preceptos ceremoniales.

 

3. Los preceptos ceremoniales versan sobre el culto a Dios exterior y corporal, según se dijo; pero la ley debía disminuir este culto que conducía a Cristo, el cual enseñó a los hombres a adorar a Dios en espíritu y en verdad, como se lee en Jn 4; luego no debieran darse muchos preceptos ceremoniales.

 

Contra esto: Está lo que se dice en Os 8: Les dictaré en su interior muchas leyes, y en Job 11: Para descubrirte los secretos de la sabiduría y que su ley es múltiple.

 

Solución: Como queda dicho, la ley se da a un pueblo. Ahora bien, en un pueblo hay dos clases de hombres: unos inclinados al mal, que necesitan ser reprimidos por los preceptos de la ley, como se dijo antes, y otros inclinados al bien, sea por naturaleza, sea por costumbre o más aún por la gracia. Estos tales deben ser instruidos por los preceptos de la ley y estimulados a progresar en el bien. Pues para estas dos clases de personas convenía que los preceptos ceremoniales de la ley antigua fuesen numerosos. Había en aquel pueblo algunos inclinados a la idolatría, y a éstos era preciso retraerlos de ella e inducirlos al culto de Dios por los preceptos ceremoniales. Y como los hombres caían en la idolatría de muchas maneras, así era preciso instruirlos para corregir cada forma de idolatría y, a la vez, imponerles muchas cargas para que, inmersos en las que llevan al culto divino, no se acordasen de caer en la idolatría.

Para los inclinados al bien era también necesaria la multiplicidad de los preceptos ceremoniales, bien sea para que su mente se elevase a Dios a través de ellos de muchas maneras y con más frecuencia, bien porque el misterio de Cristo, que por estas ceremonias era figurado, trajo muy variados provechos al mundo y había en él mucho que considerar, y convenía que fuese figurado mediante diversas ceremonias.

 

Respuesta a las objeciones:

 

1. Cuando lo que se ordena a un fin es suficiente para llevar a él, entonces basta una sola cosa para un fin, como basta una medicina cuando es eficaz para devolver la salud, y entonces no hay por qué multiplicar las medicinas. Pero cuando por la debilidad e imperfección, lo que se destina a ese fin no basta, hay que multiplicarlo, como se aplican a un enfermo varios remedios cuando uno solo no basta para sanar. Las ceremonias de la antigua ley eran inválidas e imperfectas para representar el misterio de Cristo, que es excelentísimo, y para sujetar la mente de los hombres a Dios; por lo cual dice el Apóstol en Heb 7: Se llevó a cabo la abrogación del precedente mandato, a causa de su ineficacia e inutilidad, pues la ley no llevó nada a la perfección. Por lo cual fue preciso multiplicar las ceremonias de este tipo.

 

2. Es propio del sabio legislador permitir las transgresiones menores para evitar las mayores. Pues bien, para evitar la trasgresión de la idolatría y del orgullo, que surgiría en el corazón de los judíos si cumpliesen todos los preceptos, no se retrajo Dios de dar muchos preceptos ceremoniales, aunque fácilmente tomasen ocasión de ellos para traspasarlos.

 

3. La ley antigua en muchas cosas disminuyó el culto corporal, por cuanto estableció que no en todo lugar ni por cualesquiera personas se ofreciesen sacrificios, y estableció muchas cosas de este tipo para la disminución del culto exterior, como el mismo rabí Moisés de Egipto dice. Sin embargo, era conveniente no reducir tanto el culto corporal a Dios que los hombres se entregaran al culto de los demonios.

 

 
     

SOBRE LA LEY

SOBRE LA LEY EN GENERAL

I-II, q. 90, La esencia de la ley

I-II, q. 91, Las distintas clases de leyes

I-II, q. 92, Los efectos de la ley

SULLE PARTI DELLA LEGGE

Ley eterna

I-II, q. 93, La ley eterna

Ley natural

I-II, q. 94, La ley natural

Ley humana

I-II, q. 95, La ley humana

I-II, q. 96, El poder de la ley humana

I-II, q. 97, Sobre la mutabilidad de las leyes

La antigua ley

I-II, q. 98, La antigua ley

I-II, q. 99, Los preceptos de la ley antigua

I-II, q. 100, Los preceptos morales de la ley antigua

I-II, q. 101, Los preceptos ceremoniales en sí mismos

I-II, q. 102, Razón de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 103, Duración de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 104, Los preceptos judiciales

I-II, q. 105, Naturaleza de los preceptos judiciales

La nueva ley

I-II, q. 106, Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

I-II, q. 107, Comparación entre la ley antigua y la nueva

I-II, q. 108, El contenido de la ley nueva