¿Debió darse la nueva ley desde el principio del mundo?
Objeciones por las que parece que la ley nueva debió
ser dada desde el principio del mundo.
1. En Dios no hay acepción de personas, como se
dice en Rom 2; pero todos los hombres pecaron y están
privados de la gloria de Dios, conforme se dice en Rom
3. Luego desde el principio del mundo debió darse la ley
del Evangelio para ayudar a todos con ella.
2. Como en los diversos lugares son diversos los
hombres, así lo son también en los diversos tiempos; pero
Dios, que quiere que todos los hombres se salven,
como se dice en 1 Tim 2, mandó predicar el Evangelio en
todos los lugares, como consta por Mt últ. y Mc últ. Luego
debió conocerse en todos los tiempos la ley evangélica, de
manera que se diese desde el principio del mundo.
3. Más necesaria es al hombre la salud espiritual, que
es eterna, que la salud corporal, que es temporal. Pero
desde el principio proveyó Dios al hombre de todo lo
necesario para la salud corporal, dándole poder sobre
todas las cosas que había creado para el hombre, según
consta enGen 1. Luego también la ley nueva, que es muy
necesaria para la salud espiritual, debió ser dada a los
hombres desde el principio.
Contra esto: Está lo que se dice en 1 Cor 15: No es
primero lo espiritual, sino lo animal; pero la ley
nueva es completamente espiritual; luego no debió ser dada
desde el principio del mundo.
Solución: Tres razones se pueden dar de por qué la ley
nueva no debió ser entregada desde el principio del mundo.
La primera es que, según se dijo, la ley nueva es
principalmente la gracia del Espíritu Santo, la cual no
debió darse a todos con abundancia antes que, consumada la
redención por Cristo, fuese quitado al género humano el
impedimento del pecado. Por eso se dice en Jn 7: Aún no
había sido dado el Espíritu, porque Jesús no había sido
todavía glorificado. Esta razón la aduce bien
claramente el Apóstol en Rom 8, cuando, después de tratar
de la ley del Espíritu de vida, añade: Dios,
enviando a su Hijo en carne semejante a la del pecado, por
el pecado, condenó al pecado en la carne, para que la
justificación de la ley se cumpliese en nosotros.
Una segunda razón se puede tomar de la perfección de la
ley nueva, pues nada alcanza desde el principio su
perfección, sino con cierto orden temporal de sucesión,
como cuando alguien es primero niño y poco a poco se hace
varón. Esta razón aduce el Apóstol en Gál 3: La ley fue
nuestro pedagogo en Cristo, a fin de que fuéramos
justificados por la fe; pero, una vez vino la fe, ya no
estamos bajo el pedagogo.
La tercera razón se toma de que la ley nueva es ley de
gracia, y, por tanto, era preciso que primero fuera dejado
el hombre en el estado de la ley antigua, para que, al
caer en el pecado y conocer su flaqueza, reconociera que
necesita de la gracia. Y esta razón la da el Apóstol en
Rom 5, diciendo: Se introdujo la ley para que abundase
el pecado; pero donde abundó el pecado, sobreabundó la
gracia.
Respuesta a las objeciones:
1. Por el pecado del primer padre había merecido el
género humano ser privado del auxilio de la gracia, y por
eso a quienes no se da, es por justicia, y a quienes se
otorga, se les otorga por gracia, como dice San
Agustín en De perfect. iustit. De manera que no hay
en Dios acepción de personas porque no da a todos, desde
el principio del mundo, la ley de gracia, que debía ser
dada con el debido orden, como se dijo.
2. La diversidad de los lugares no hace variar los
diversos estados del género humano, que varían según la
sucesión de los tiempos. Por eso, la ley nueva se propone
en todos los lugares, pero no en todos los tiempos, aunque
en todos ellos hubiera algunos pertenecientes al Nuevo
Testamento, como se ha dicho antes.
3. Lo que
corresponde a la salud corporal sirve al hombre en las
cosas naturales, que no son destruidas por el pecado; pero
lo que toca a la salud espiritual se ordena a la gracia,
que se pierde por el pecado. Y así no hay una misma razón
para una que para otra. |