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Sobre la ley

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STO. TOMÁS DE AQUINO

 

SOBRE LA LEY

 

SUMMA THEOLOGIAE

PRIMERA PARTE DE LA SEGUNDA PARTE (I-II)

(Trad. Luis Inclán)

CUESTIÓN 106

Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

ARTÍCULO 3

 

¿Debió darse la nueva ley desde el principio del mundo?

 

 

Objeciones por las que parece que la ley nueva debió ser dada desde el principio del mundo.

 

1. En Dios no hay acepción de personas, como se dice en Rom 2; pero todos los hombres pecaron y están privados de la gloria de Dios, conforme se dice en Rom 3. Luego desde el principio del mundo debió darse la ley del Evangelio para ayudar a todos con ella.

 

2. Como en los diversos lugares son diversos los hombres, así lo son también en los diversos tiempos; pero Dios, que quiere que todos los hombres se salven, como se dice en 1 Tim 2, mandó predicar el Evangelio en todos los lugares, como consta por Mt últ. y Mc últ. Luego debió conocerse en todos los tiempos la ley evangélica, de manera que se diese desde el principio del mundo.

 

3. Más necesaria es al hombre la salud espiritual, que es eterna, que la salud corporal, que es temporal. Pero desde el principio proveyó Dios al hombre de todo lo necesario para la salud corporal, dándole poder sobre todas las cosas que había creado para el hombre, según consta enGen 1. Luego también la ley nueva, que es muy necesaria para la salud espiritual, debió ser dada a los hombres desde el principio.

 

Contra esto: Está lo que se dice en 1 Cor 15: No es primero lo espiritual, sino lo animal; pero la ley nueva es completamente espiritual; luego no debió ser dada desde el principio del mundo.

 

Solución: Tres razones se pueden dar de por qué la ley nueva no debió ser entregada desde el principio del mundo. La primera es que, según se dijo, la ley nueva es principalmente la gracia del Espíritu Santo, la cual no debió darse a todos con abundancia antes que, consumada la redención por Cristo, fuese quitado al género humano el impedimento del pecado. Por eso se dice en Jn 7: Aún no había sido dado el Espíritu, porque Jesús no había sido todavía glorificado. Esta razón la aduce bien claramente el Apóstol en Rom 8, cuando, después de tratar de la ley del Espíritu de vida, añade: Dios, enviando a su Hijo en carne semejante a la del pecado, por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justificación de la ley se cumpliese en nosotros.

Una segunda razón se puede tomar de la perfección de la ley nueva, pues nada alcanza desde el principio su perfección, sino con cierto orden temporal de sucesión, como cuando alguien es primero niño y poco a poco se hace varón. Esta razón aduce el Apóstol en Gál 3: La ley fue nuestro pedagogo en Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe; pero, una vez vino la fe, ya no estamos bajo el pedagogo.

La tercera razón se toma de que la ley nueva es ley de gracia, y, por tanto, era preciso que primero fuera dejado el hombre en el estado de la ley antigua, para que, al caer en el pecado y conocer su flaqueza, reconociera que necesita de la gracia. Y esta razón la da el Apóstol en Rom 5, diciendo: Se introdujo la ley para que abundase el pecado; pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.

 

Respuesta a las objeciones:

 

1. Por el pecado del primer padre había merecido el género humano ser privado del auxilio de la gracia, y por eso a quienes no se da, es por justicia, y a quienes se otorga, se les otorga por gracia, como dice San Agustín en De perfect. iustit. De manera que no hay en Dios acepción de personas porque no da a todos, desde el principio del mundo, la ley de gracia, que debía ser dada con el debido orden, como se dijo.

 

2. La diversidad de los lugares no hace variar los diversos estados del género humano, que varían según la sucesión de los tiempos. Por eso, la ley nueva se propone en todos los lugares, pero no en todos los tiempos, aunque en todos ellos hubiera algunos pertenecientes al Nuevo Testamento, como se ha dicho antes.

 

3. Lo que corresponde a la salud corporal sirve al hombre en las cosas naturales, que no son destruidas por el pecado; pero lo que toca a la salud espiritual se ordena a la gracia, que se pierde por el pecado. Y así no hay una misma razón para una que para otra.

 

 
     

SOBRE LA LEY

SOBRE LA LEY EN GENERAL

I-II, q. 90, La esencia de la ley

I-II, q. 91, Las distintas clases de leyes

I-II, q. 92, Los efectos de la ley

SULLE PARTI DELLA LEGGE

Ley eterna

I-II, q. 93, La ley eterna

Ley natural

I-II, q. 94, La ley natural

Ley humana

I-II, q. 95, La ley humana

I-II, q. 96, El poder de la ley humana

I-II, q. 97, Sobre la mutabilidad de las leyes

La antigua ley

I-II, q. 98, La antigua ley

I-II, q. 99, Los preceptos de la ley antigua

I-II, q. 100, Los preceptos morales de la ley antigua

I-II, q. 101, Los preceptos ceremoniales en sí mismos

I-II, q. 102, Razón de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 103, Duración de los preceptos ceremoniales

I-II, q. 104, Los preceptos judiciales

I-II, q. 105, Naturaleza de los preceptos judiciales

La nueva ley

I-II, q. 106, Sobre la ley del Evangelio, llamada ley nueva, en sí misma considerada

I-II, q. 107, Comparación entre la ley antigua y la nueva

I-II, q. 108, El contenido de la ley nueva